01 Sep ¿Qué zapatos escoger para mis hijos?
Consejos para no equivocarse en la elección de los zapatos
La vuelta al cole es sinónimo de mochila, libros de texto, cuadernos, lápices, rotuladores, uniforme…y zapatos nuevos.
Es entonces cuando se agolpan las dudas en nuestra cabeza… ¿Deben ser más fuertes para que les aguanten todo el curso o más bien flexibles para que no les molesten? ¿Mejor suela de goma o de cuero? ¿Zapato deportivo para diario?
Que no cunda el pánico. Hoy os traemos algunos consejos para que el momento de elegir los zapatos que los más peques de la casa usarán durante el nuevo curso no se convierta en una pesadilla.
Empezamos.
¿Qué edad tiene mi hijo?
Aunque parezca una obviedad, los pies de los más pequeños no son una copia en miniatura de los pies adultos.
Los zapatos deben adaptarse a cada fase del crecimiento para no ser un impedimento en su correcto desarrollo.
Cada etapa del crecimiento conlleva una serie de cambios que determinará la elección de uno u otro tipo de zapato.
Además, dependiendo de la edad y el desarrollo de nuestros pequeños, la actividad y la adquisición de una marcha adulta determinarán las necesidades del calzado a elegir.
A grandes rasgos, podríamos diferenciar las siguientes etapas:
- PREDEAMBULACIÓN (0-18 meses): Aún no se ha iniciado la marcha. El pie sirve para explorar el entorno, por lo que el zapato únicamente debe proteger contra el frío, la humedad y los golpes.
- ADQUISICIÓN DE LA MARCHA (1,5- 3 años): Es la etapa de mayor crecimiento de los pies. La marcha es muy inestable y el zapato debe facilitar que el niño “sienta el terreno” para favorecer el correcto desarrollo sensitivo y mejorar el equilibrio.
- ETAPA DE MADURACIÓN DE LA MARCHA (4-7 años): El niño ya comienza a andar de manera independiente hasta alcanzar el patrón de marcha adulta. La actividad se ve aumentada, por lo que el zapato debe proteger ante posibles lesiones.
- ETAPA DE AUMENTO DE LA ACTIVIDAD (7-14 años): La actividad física aumenta considerablemente, intensificándose la práctica deportiva, por lo que cobra sentido utilizar un calzado deportivo propiamente dicho.
¿Qué talla debo elegir?
Una vez hemos establecido las necesidades y la etapa de desarrollo en la que se encuentra el niño/a, es hora de saber qué talla es la que le corresponde. El calzado debe adaptarse al pie y no al revés.
Cada pie es único, por lo que resulta lógico probar siempre ambos zapatos, con el niño de pie y el calzado bien ajustado. Además se deberán llevar los calcetines más parecidos que usará el niño/a con cada tipo de calzado.
Para elegir la talla más adecuada sería necesario medir tanto la longitud como la anchura de ambos pies. Otra opción es pintar la huella del pie con el niño/a de pie y recortarla, para después poder compararla con la plantilla y la suela del zapato elegido.
Algunas marcas ofrecen varias opciones de ancho, así que no dudes en preguntar por ellas.
Tras haber dado una serie de pasos con los zapatos puestos, se debe valorar la longitud, buscando el dedo más largo (el dedo gordo o el segundo), debiendo quedar alrededor de 1,5 cm de espacio libre. En cuanto al ancho, el dedo pequeño no debe quedar oprimido. Para ello, busca rojeces en la zona al quitar los zapatos.
¿Qué zapato escoger?
Hay que tener en cuenta que los pies de los más pequeños son muy vulnerables ya que están en pleno desarrollo. Por eso hay que tener un especial cuidado en cuanto a qué zapato elegir.
- Lo primero será pensar en la época del año y en las inclemencias del tiempo. Hay que tener en cuenta el sudor, el frío y el calor de los pies. Ante todo, debe transpirar.
- Es necesario observar detenidamente las características del zapato. Éste debe ser flexible, ligero, estable y, además, facilitar los movimientos del pie.
- El diseño del corte debe ser alto en el empeine. Además debe estar provisto de un sistema de ajuste, ya sea con cordones, velcros o hebillas.
- La trasera debe ser, preferiblemente, cerrada, de un material suave y estar bien ajustada al talón.
- La suela debe ser de un material semi-blando, generalmente goma. Ésta favorece el agarre y la amortiguación de impactos en el talón. Además, debemos observar el dibujo, puesto que si es muy lisa, tampoco evitará los resbalones.
- La plantilla deberá proporcionar confort térmico y mecánico, siendo preferible los materiales naturales (piel o tela).
- El interior del calzado debe ser como un guante, sin costuras y de acabado suave.
Fuente: “El pie Calzado. Guía para el asesoramiento en la selección del calzado infantil.” Instituto de Biomecánica de Valencia.
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